Algo se cocina en el Levante.

Ciertos detalles — que han estado surgiendo los últimos días — me hacen sospechar que lo que se sabe, no es toda la historia de lo que sucede en Medio Oriente.

Para mí, la respuesta del gobierno Francés es excesiva. De hecho, me parece estúpido que se dediquen sólo a bombardeo aéreo, teniendo en cuenta que es imposible controlar la destrucción y seguro hay inocentes que están muriendo debido a los bombardeos de USA, Rusia y los demás países que han empezado a atacar al EI.

Teniendo en cuenta que Obama y Putin han conversado sobre el tema, significa que detrás del EI y la situación geopolítica de la región hay intereses que ambas naciones desean proteger, a pesar — como siempre — de los ciudadanos de los países de la región.

Más alarma me causa que Francia invoque el apoyo de la UE para atacar. Aunque el EI sea tan fuerte como se supone ¿Para qué es necesaria toda esa potencia de fuego? Pero, el problema es que no se está haciendo ante la crisis de los que huyen del EI, sino a la luz de que se cometieron los atentados en París. El dolor de los nativos de la región — que en última instancia ha sido causado por los demás — no es nada en comparación con el dolor, también válido y grande, de los muertos y heridos en los ataques terroristas.

No obstante, hay que preguntarse ¿en serio la solución es la que se está proponiendo? El EI es una consecuencia directa o indirecta del intervencionismo continuado en la región: tanto de Europa, USA y su aliado Israel, así como de la Unión Soviética y la Federación Rusa ¿Cómo pretender que otra intervención más no dejará peor las cosas? El quid de la cuestión es que si no hay intervención seguirá el problema, ya que la región está debilitada lo suficiente como para no poder hacerle frente al EI por sí sola.

Así, se ha llegado a un punto en que la única solución es la peor, todo por intervenir de forma irresponsable en una región.

No intervenir implica permitir que el EI se expanda, los movimientos migratorios masivos continúen, el odio se recrudezca y la cosa empeore. 

Pero intervenir implica destruir al EI, pero dejar el lugar vacío para que un nuevo grupo — financiado o no por occidente — tome el poder y la cosa siga empeorando sin remedio. La única diferencia entre ambas opciones es la existencia o no del EI, lo demás será pan con lo mismo…

Y en unos años se tendrá una nueva crisis con más muertos, más miedo y más odio…

Discriminación.

En mis años de vida, y como ya he expuesto en este blog, las ideologías se encuentran felices en medio de la ignorancia. Pero vamos a razonar sobre el mundo de la discriminación.

Introducción: Instintos.

Los instintos nos alertan sobre un entorno peligroso. El cerebro está acostumbrado a esa discriminación, en el buen sentido. Nos permite identificar personas que posiblemente están enfermas y genera esa reacción de rechazo o asco ante ciertas situaciones. Pero como un software precargado es un poco rudimentario: da falsos positivos y falsos negativos. En realidad, lo que hacemos es discernir entre lo que estamos habituados a ver y lo que nos es extraño. Si es extraño, es cuando nos sentimos incómodos, ya que consideramos que estamos en una situación de riesgo.

Este instinto puede ser evitado, en mayor o menor medida, por las funciones superiores del cerebro. No obstante, a lo largo de la historia, ha sido la base para la discriminación en el sentido negativo: el miedo por lo diferente, por lo extraño, por lo que se nos hace ajeno. Es la base de muchas tragedias.

Historia del mundo vista desde la discriminación.

El Mundo Antiguo.

Ya desde antiguo en el Mediterráneo, los extranjeros en un país eran discriminados un tanto, debido a las diferencias culturales, y aunque eran tolerados (debido a razones menos instintivas como los beneficios económicos) no siempre eran tratados sin suspicacia (también por razones menos instintivas como el espionaje). Pero fuera, por ejemplo, del mundo griego (o romano) todo era una incógnita. Los posibles hombres que existieran allí eran totalmente extraños y se inventaban leyendas sobre ellos. Los contactos que había, alimentaban aún más las historias inexactas sobre esos »bárbaros», que es como llamaban a esos hombres que estaban fuera del rico pero pequeño mundo mediterráneo.

La sociedad grecorromana era esclavista. En general el mundo de la antigüedad lo era. Mas allá de sus grandes avances en ciencia, tecnología, sociedad y tolerancia religiosa, el comercio de esclavos era lo habitual. De hecho, esa costumbre hizo que la necesidad de usar máquinas para hacer los trabajos pesados fuera menor a la que ahora tienen, y por lo tanto que el desarrollo de máquinas, como las de vapor de Herón de Alejandría, quedaran en simples divertimentos o en máquinas para automatizar los templos y dar un espectáculo de magia. Pero en el comercio de esclavos, ¿qué es lo que se vendía? Por supuesto que algunos de los miserables que acababan allí eran hombres libres que se habían metido en problemas, pero la mayor parte eran personas de pueblos que se consideraban atrasados y diferentes, sobre los que se había llevado la guerra de conquista.

La Edad Media.

La Europa medieval y renacentista no eran de otro modo. La tolerancia religiosa romana fue cambiada por una intolerancia total con el advenimiento del Cristianismo como religión imperial, y posteriormente como religión de los reinos europeos. El error fue hacer que una religión fuera la oficial y prohibir otras religiones excepto, a regañadientes, la de los judíos. La radicalización del Cristianismo no fue más que un movimiento político para ganar poder. Pero ese movimiento político generó animadversión por las prácticas religiosas diferentes y en muchos casos obligó a los judíos, que ya de por sí preferían sólo el suficiente contacto con los »gentiles» (otra forma de discriminación), a encerrarse aún más en barrios exclusivos dentro de las ciudades medievales.

Las duras situaciones que pasaron muchas ciudades medievales ante las plagas que asolaron Europa en la Edad Media fueron el detonante de mayor rencor en contra de los judíos. Muchos de ellos, como en España, eran verdaderamente poderosos: Eran consejeros de reyes o manejaban mucho de la naciente economía desligada de los terratenientes. Las envidias no se hacían esperar. Y entonces no fue difícil acusarlos de envenenar las aguas y de traer ellos mismos la plaga. La ignorancia del pueblo es caldo de cultivo para el prejuicio, el instinto domina sobre la razón, una razón débil por falta de formación.

El Renacimiento y las conquistas.

El fin de la Edad Media está marcado por la Era de los Descubrimientos y el Renacimiento. Éste es un ejemplo más de la contradicción continua del género humano. Por un lado el instinto lleva a temer lo desconocido, pero por otro lado la razón establece la curiosidad. Esos individuos se financían gracias al hambre por riquezas en un mundo paupérrimo, el deseo de lo exótico en un ambiente controlado y el espíritu aventurero e ingenuo de algunos que lo acompañan en el viaje. Pero una cosa es el ideal, y otra cosa es la realidad. El Nuevo Mundo no era precisamente el paraíso: ahí también había hombres, ellos también con sus hábitos discriminadores. Y los que llegaron, perdieron su inocencia o asumieron una actitud de supremacía, por las armas y por las costumbres, al ver las diferencias y no gustarles lo que veían. La diferencia real era que los nativos de América no tenían la tecnología: pero todos ellos eran humanos y todos discriminaron lo exótico.

El choque cultural resultó en diversas guerras con motivaciones diversas y dudosas: desde la evangelización de los nativos hasta la obtención de riquezas inimaginables que los soldados, ignorantes, delincuentes o simplemente paupérrimos, tenían ansias de conseguir. Los nobles, los ilustrados o aquellos con mayores posibilidades de encajar las diferencias entre los pueblos esperaban en el viejo mundo a la pacificación. Hay que resaltar que esta historia no fue la clásica propaganda nacionalista de »sanguinarios conquistadores»: ambos bandos se dieron buenos golpes. Y en particular en México, la discriminación precolombina generó alianzas entre los españoles y algunos pueblos originarios en contra de los mexicas: Mesoamérica no era una Utopía, era tan humana como Europa.

Integración cultural.

El vencedor de una guerra de conquista siente el derecho, y en algunos casos la obligación, de convertir a los derrotados en ciudadanos. Para ello intenta borrar la mayor parte de la cultura, pero permite que otra parte continúe y se mezcle intimamente con la cultura propia. Éste proceso fue el más sano, dadas las circunstancias: la permanencia de la cultura anterior generaría un vínculo directo con el pasado y perpetuaría los conflictos armados inhibiendo la pacificación, la integración y la colonización. Tal vez el proceso pueda o no gustarnos: sobre todo a aquellos obsesionados con la conservación de las culturas.

En el contexto del imperio romano, la conquista de territorio presentaba los mismos retos, pero la diferencia es que la incorporación de las religiones y la mayor tolerancia de los romanos hacia lo extranjero, permitían procesos más rápidos y más limpios. Sin embargo en este caso, la lejanía de la metrópoli, errores diplomáticos y las diferencias culturales y lingüisticas más amplias, establecieron un reto mayor.

La excepción fue el caso de las trece colonias inglesas, donde hubo un programa sistemático de eliminación de la población nativa o su encapsulación y el rechazo total por incorporar sustancialmente la cultura nativa en la cultura de los colonos. Las diferencias en los procesos provienen de un hecho: el propósito de las colonias inglesas era servir de refugio a los puritanos, disidentes religiosos en Inglaterra, para fundar una nueva Jerusalén o usar el territorio para establecer plantaciones que proporcionarían riqueza a sus dueños. Con ello había un mínimo interés en la integración de las sociedades vencidas, mas allá de la curiosidad académica.

Esclavismo subsahariano.

Mientras ésto sucedía, los portugueses exploraron rutas de comercio distintas circunnavegando África. Lamentablemente encontraron en los subsaharianos un boom comercial más allá de sus rutas comerciales con la India y China. El África subsahariana no es precisamente el centro de desarrollo de culturas tan avanzadas como lo fueron las culturas del Mediterráneo, Mesoamérica, India, China o las culturas andinas.

Se mantenía, a la llegada de los portugueses, como una serie de reinos que luchaban entre sí, cuya economía aún estaba basada en la agricultura, la caza, la pesca y la recolección, no por ello faltando excelentes obras arquitectónicas y expresiones artísticas ricas. No obstante, este estado de cosas propició la nueva ola de esclavismo. El subsahariano era visto como una máquina de trabajo ni más ni menos. Pero, quiénes intervenían y quiénes también se enriquecían eran algunos de esos reinos: la discriminación en su mala cara nuevamente, al vender como esclavos a sus enemigos. Las guerras por discriminación racial aún siguen hoy en África, dos etnias pueden sembrar el odio entre ellas, estereotipando la una a la otra. Pero los comerciantes de esclavos del Renacimiento obtuvieron grandes ganancias sacando subsaharianos y poniéndolos a la venta en América y a dónde llegaran sus rutas comerciales.

Esclavismo y mezcla.

Así, el esclavismo no es una forma de discriminación sino uno de los resultados de la discriminación. En América, la fusión de lo africano con la mezcla ya existente fue bastante suave, aunque menos bien recibida en las sociedades coloniales ya establecidas, dado que la discriminación en este caso era mayor: los subsaharianos no eran considerados humanos, eran máquinas de trabajo y, a parte, eran extranjeros. Todavía más sufrimiento habría en las zonas en las que no había interés alguno en la integración, como por ejemplo en las colonias inglesas.

Eso sí, la imposibilidad de movilidad del esclavo subsahariano (a menos que escapara) propició que la fusión de lo africano con la cultura colonial fuera regional y no se expandiera. En México, eso se puede sentir en estados como Veracruz o Guerrero. Ambos albergaron puertos importantes de la Nueva España.

La discriminación continúa.

Mientras los tentáculos de las metrópolis se desvanecían y las colonias quedaban libres del poder europeo, un proceso que duró hasta el siglo XX y aún se sigue desarrollando en el siglo XXI, la discriminación ha continuado. En la actualidad, la globalización y los medios electrónicos de información han hecho que sociedades antes aisladas estén en mayor contacto. Lamentablemente, éste no siempre es integral (sólo se transmiten ciertas expresiones que no representan por completo una cultura) ni tampoco se hace en igualdad de condiciones (no todas las culturas tienen el mismo desarrollo intelectual en cuanto al pensamiento crítico). Muchas veces, ésto sólo acentúa los aspectos negativos de una cultura, lo cuál genera un rechazo de forma casi inmediata. Ésto, junto con la ignorancia, no hace más que empeorar el asunto.

Pero tal vez el lector habrá sentido que nos saltamos algo importante o, mejor dicho, algo que ha marcado la historia actual del mundo: el régimen Nacionalsocialista en Alemania. Esa ideología, su expansionismo al parasitar un país como Alemania, y las consecuencias de ese expansionismo lo han hecho el prototipo de la discriminación. Por ello lo he dejado hasta el final, además de porque hay algunos razonamientos que he estado rumiando durante mucho tiempo sobre las consecuencias de un régimen que estuvo basado en la obediencia sin cuestionamiento, en la ignorancia y en una especie de nulificación temporal de la conciencia a base de desinformación intensiva.

Y ésto lo traigo a cuento porque con el mundial y el triunfo de Alemania, además del dominio alemán en la economía de la zona Euro, han vuelto a surgir las acusaciones suspicaces en contra de los alemanes, sin llegar siquiera a entender la desgracia que significó el Nazismo en Alemania.

El Nazismo.

Antecedentes del Nazismo.

Después de la Gran Guerra, la Primera Guerra Mundial, sin duda el perdedor fue Alemania. Alemania fue la que con el tratado de Versalles perdió parte de su territorio y adquirió una deuda de guerra catastrófica que aún hoy continúa pagando. La consecuencia: una megainflación y un sentimiento de mayor derrota aún, ya que habían capitulado. Esa guerra fue particularmente sanguinaria, ya que fue una guerra en transición tecnológica: empezó todavía como una guerra del siglo XIX, pero la introducción de nuevas armas y nuevos aparatos como el avión, dieron ventajas estratégicas para las que el entrenamiento de los ejércitos no habían sido preparados: eso volvío una campaña que duraría unos meses en una campaña que duró años, en la cuál la valentía y el honor dejaron de ser factor (aún hasta el día de hoy) y en donde la carnicería sin sentido fue la regla. Fue un cambio de paradigma total.

Personalidades como John Ronald Reuel Tolkien o Ludwig Wittgenstein vivieron la Gran Guerra de primera mano (en distintos bandos por supuesto) y, en el caso de Tolkien, las pesadillas de la guerra fueron traducidas en sus obras literarias: Tolkien perdió a muchos de sus amigos en las trincheras. Otros tuvieron carreras cortas debido a la guerra como el físico Henry Mosley o el matemático René Gâteaux.

Adolf Hitler.

Adolf Hitler fue un intento de artista sin talento alguno, prácticamente sin preparación formal y lleno de los prejuicios de la propaganda nacionalista, antisemita y antimarxista. Nació en el imperio Austrohúngaro, en lo que hoy es Austria, en una familia de raíces alemanas donde un pangermanismo desmedido y el prejuicio contra judíos y extranjeros eran la norma. Miserable (económica y humanamente) y sin futuro alguno, Hitler intentó acceder a la Academia de Bellas Artes de Viena pero fue rechazado dos veces. Todo ello en una Viena decadente: entre los estertores del final de su gloria como centro artístico y filosófico junto con el final del la dinastía de los Habsburg y donde el miedo premonitor de la Gran Guerra ya se ponía de manifiesto.

Posteriormente, dado su nacionalismo alemán desmedido, Hitler se mudó a München en la región de Bayern, Alemania. Ahí se alistó para luchar por Alemania en la Gran Guerra. Después de algunas supuestas acciones valerosas como mensajero, fue dado de baja por heridas. Nunca estuvo muy cerca del frente de batalla, por lo que si existieron las supuestas acciones valerosas, no fueron de gran importancia. No obstante, obtuvo medallas. Mientras Hitler se recuperaba de sus heridas, Alemania capituló. Aunque bien es cierto que el tratado de Versalles puso presión a la Alemania de posguerra como ya he dicho, también los grupos extremistas se aprovecharon de ello agrandando la situación he inventando una que otra mentira, tal como que la capitulación se había dado por la traición de los judíos y otros enemigos del pueblo. La República de Weimar, el nuevo estado de posguerra, estaba seriamente limitado económica y políticamente.

La derrota de la razón, el inicio de la hecatombe.

Hitler, al igual que otros capturados por el sentimiento de derrota, se vieron atraídos por las mentiras que los extremistas comenzaron a difundir: conspiraciones semíticas, capitalistas y marxistas para evitar la unificación de los alemanes. Hitler había conseguido mantenerse en el ejército, fundamentalmente como una medida de subsistencia dada su falta de preparación, y había sido puesto como espía de los grupos y partidos extremistas, en particular del DAP (Deutsche Arbeiterpartei, Partido Alemán de los Trabajadores), los cuáles abundaban en Bayern. La ideología del partido citado era una combinación de antisemitismo, nacionalismo alemán y socialismo, lo cuál estaba en línea con la ideología que había estado rondando en su mente desde que estuviera en su natal Austria. En ese sentido, traicionó su puesto como agente de la inteligencia alemana y paso a formar parte del DAP. Las reuniones del DAP se realizaban en una taberna, como era común en ese momento. El dirigente del DAP, en una de las reuniones, lo descubrió como un excelente orador: si algún talento se le podría asociar a Hitler sería el de tener facilidad para manejar la retórica y tener la capacidad de convencer e introducir ideas en aquellos dispuestos a ser conducidos. Cuando ganó mayor notoriedad, logró hacerse con el control del DAP y fundó el NSDAP (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei, Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores) de donde viene la expresión »Nazi» (pronunciado natsi).

Aufwiedersehen Deutschland!

De ahí a convertirse en Canciller de la famélica República de Weimar fue duro, pero la ambición desmedida de Hitler y su capacidad de palabra le abrieron el camino, además de la ayuda que le dieron los grupos de choque (o milicia) del NSDAP que luego darían origen a las SS (Schutzstaffeln, escuadrillas de defensa): las SA (Sturmabteilungen, divisiones de ataque).

Lo único que hizo fue decirle a la gente lo que quería oír, a través de la discriminación colocar chivos expiatorios para las desgracias de los alemanes y a través de la manipulación y la extorsión consiguió ser canciller. Ello, junto con su introducción en las ideas de la supremacía de la »raza germánica», desembocó en la caída de la República de Wiemar, el surgimiento del tercer Reich (Imperio) y un nacionalismo expansionista que acabó con Alemania por segunda vez al catalizar la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Todo ello con él a la cabeza como Führer (Líder).

Monstruosidad y lo que vino después.

Lo más monstruoso de Hitler fue, creo yo, la legalización de la discriminación y la sistematización de la limpieza racial e ideológica. Bajo su gobierno se establecieron las leyes de limpieza racial de Nürnberg que establecieron los parámetros para juzgar quién era alemán puro y quién no, y por tanto quién tenía acceso a la ciudadanía y quién no. Además, los miembros de otras ideologías distintas de la establecida por el Führer (o aquellos que estaban activamente en contra del régimen) eran considerados enemigos del estado. Su destino, el mismo que el de judíos, negros y mestizos: la esclavitud, los experimentos médicos y finalmente la muerte en los campos de concentración.

Pienso que no sólo era un monstruosidad, sino también una locura estratégica. Muchos de los recursos que podrían haber sido utilizados en la guerra, se despilfarraron en la solución a un problema inexistente proveniente de la ignorancia y la discriminación (que no intolerancia). La intolerancia sólo vino cuando el gobierno también filtró y censuró la cultura y la ciencia en Alemania, similar a lo que posteriormente sucedería en la Unión Soviética con el caso Lysenko: la ciencia y el arte deberían ser germánicos y puros (en el caso Lysenko, la ciencia debía coincidir con el Marxismo, sino era ciencia burguesa). Como en otros gobiernos totalitarios del último siglo, se quemaron libros y se acabó con la libertad de expresión.

Alemania después de la Guerra no era ni siquiera la sombra de la Alemania posterior a la Gran Guerra. La locura orgiástica del Reich había terminado. Alemania fue partida en dos, se le establecieron restricciones. La resaca psicológica en algunos alemanes sigue presente. Como diría yo, hay cosas que no se pueden olvidar: más allá del gobierno totalitario es el asesinato organizado y colectivo de millones.

Conclusión. La discriminación se retroalimenta.

Pero hasta ahí es donde estoy de acuerdo. Hoy en día, si bien hay que recordar para no repetir, también es lógico no criminalizar al que ni siquiera estuvo ahí. Continuamente se recuerda, en innumerables ocasiones el Holocausto y continuamente las películas perpetúan el estereotipo del alemán como un ser frío y desalmado, racista y depravado. Aún sin ser tan explícitos, en Latinoamérica y en los EUA se considera al alemán frío, obsesionado con la eficiencia y sin sentimientos, de la misma forma que otros consideran al latinoamericano como parrandero, flojo e irresponsable. Incluso, yo veo en los judíos una obsesión con el Holocausto: El Holocausto es una realidad, pero hay mas cosas después del Holocausto.

En otras palabras, el alemán actual es criminalizado por actos que posiblemente ni siquiera sus abuelos cometieron, se le discrimina al etiquetarlo con un momento oscuro en su pasado nacional. Mientras tanto, el judío no supera lo que ni siquiera el sintió y rememora pesadillas que no son suyas.

Mas aún, que le vamos a cuestionar al alemán promedio de la actualidad si lo que ha conseguido lo ha hecho con esfuerzo: Alemania es el motor de Europa no porque Angela Merkel se tire discursos muy persuasivos, sino porque es la única economía que ha resistido los embates de la crisis y le ha sobrado suficiente para arrastrar a una Europa endeudada y salvarla del desastre. Por ello no veo el problema de aceptar las condiciones de Alemania sobre las políticas económicas de la Unión. Vean que Alemania en menos de medio siglo a resurgido de sus cenizas, se reunificó y vuelve a ser potencia: Eso no se consigue mas que con trabajo.

Si el lector a leído bien, y en particular a leído bien el párrafo anterior, entenderá lo que a continuación diré: La discriminación como disfunción no es más que la incapacidad de continuar con la vida cuando los hechos que encendieron la animadversión ya no te afectaron a tí directamente porque sucedieron hace mucho. El no culpabilizar a la cuarta generación y el no victimizar al que ya no tiene vela en el entierro no implican que haya perdón y olvido: LO ÚNICO QUE IMPLICAN ES DEJAR ATRÁS LA RAÍZ DE MUCHAS GUERRAS Y EL ARMA DE MUCHOS CRÍMENES QUE PODRÍAN VENIR SI SE PERPETÚA LA DISCRIMINACIÓN.

P.S. Además, si los europeos no alemanes tienen envidia de que Merkel tome las decisiones: haber pensado antes de destruir las economías de sus países y condenar a sus ciudadanos, y en todo caso en vez de chillar háganse fuertes y compitan con Alemania, que tampoco son invencibles.

P.S. Que la selección alemana fue mejor que la selección argentina es un hecho. Mientras que los argentinos quisieron ganar por suerte, sin futbol y usando individualidades, los alemanes se asumieron como equipo y atacaron sin parar: la mejor defensa es el ataque. Y sí el pueblo argentino se enojó porque los mexicanos, los brasileños, los chilenos, los colombianos, los holandeses e incluso los propios alemanes les dijeron que no supieron perder, entonces ¿para qué se ponen a celebrar que los brasileños fueron barridos por los alemanes? Pero más allá de eso: ARGENTINOS, EL FUTBOL ES SÓLO UN JUEGO. ¡ASÚMANLO! SI EL FUTBOL ES TAN IMPORTANTE PARA USTEDES, YA LOS HEMOS PERDIDO.

P.S. A todos aquellos mexicanitos, algunos de ellos supuestamente católicos, que toman los símbolos del NSDAP como suyos, primero deberían de preguntarse algunas cosas ¿Conocen la historia de Alemania? ¿Entienden los fallos lógicos y morales en la ideología del NSDAP? ¿Comprenden que el NSDAP mató a sacerdotes católicos y que toleraba a regañadientes al catolicismo en particular y al cristianismo en general? ¿Están concientes de que el Nazismo aunque surgió en Alemania, no representa a la cultura alemana? ¿Acaso entienden el significado y el origen último de los símbolos del NSDAP? ¿Entienden que, en todo caso, el NSDAP estaba comandado por individuos ignorantes, brutales y sin »superioridad» alguna? No lo creo, si entendieran en verdad todos estos puntos, creo que entenderían su grave error. Pero en ese momento dejarían de ser ignorantes y brutos ya que habrían adquirido la capacidad de pensar críticamente.

La Enfermedad Europea

He vuelto, mis queridos lectores, y traigo un tema que seguro será de su interés; posiblemente de algunos motivo para rabiar nuevamente con éste su blog.

¿Qué pasa con Europa? Esa será nuestra pregunta de trabajo.

Tragedia con un giro amargo.

La situación en Europa es de lo más desafortunada: desempleo, deshaucios, pobreza, situación de calle para muchas personas, bancos irresponsables y gobiernos inflexibles y que están en contra de la sociedad… o al menos esa es la historia si se la ve inconexa, irreflexiva y con el afán de buscar culpables específicos. Sin embargo, la realidad que se puede atisbar sin más que lo que los medios de comunicación masivos nos proveen, junto con un poco de suficiente curiosidad por los fenómenos y razonamientos, nos puede dar una idea integradora y razonada de la catástrofe mundial.

Por principio, el problema no es algo que se dió instantáneamente sino el resultado de una cadena de desafortunadas decisiones colectivas, individuales, de lobbies y de gobierno. Es decir, no podemos pensar que ésto fue provocado por unos cuantos sino por una enfermedad que se propaga, cuál gangrena, por la sociedad toda.

¡Todos en contra de tomar la medicina!

Una gran cantidad de los afectados por la crisis se ha organizado en asociaciones en contra de las medidas despiadadas del gobierno y de los bancos para intentar salvar los bancos. Diariamente es posible ver en las noticias los miles de personas que salen a las calles para exigir una solución a sus problemas… cosa que oída así sin ninguna otra información, i.e. fuera de contexto, nos invita invariablemente a pensárnoslo por un momento y decir —-¡Pobres!, los bancos y el gobierno los están moliendo a palos.

Pero las agrupaciones políticas, patronales y sindicales se montan, como siempre han hecho cuál buitres, en el sufrimiento de la gente con el único objetivo de llevar sus intereses a buen fin. Para ello engañan a la gente y la gente recibe de buen grado sus llamados retóricos a la justicia y a la caída de gobiernos (sin importar ideología) sin ver que es como si estuvieran en una zona pantanosa en la cuál para salir del lodazal espeso no es posible hacerlo con golpes de efecto, y que cuál animales prehistóricos hay un punto en el que la situación será irreversible en el largo plazo.

La descomposición social. Frivolidad y consumismo.

En efecto, estamos asistiendo a lo que desde hace años he clasificado como una descomposición de la sociedad, la cuál tiene como una de sus consecuencias principales las crisis. Veamos a lo que me refiero.

Aquí ya no hablamos de capitalismo versus socialismo, ambos sistemas han degenerado en uno sólo, que mas allá de las formas que los pudieran diferenciar, en el fondo son lo mismo: CONSUMO. Es decir, las empresas, los bancos, los gobiernos, la sociedad y los individuos componentes de la sociedad tienen un único objetivo: consumir más para ser más felices.

¿Cómo se llega a ésto? Primeramente por empresas o gobiernos que creen que el consumo es la principal fuente de ingresos y luego se procede implantando en las personas el deseo por consumir indiscriminadamente. Tal vez, por lo que la mayoría de las personas (desorientadas por los movimientos de indignados) cree que el consumismo es equivalente al capitalismo es que uno de sus más notables representantes, y hasta podríamos decir su fundador, fue un país capitalista: Estados Unidos de Norteamérica. Sin embargo países que fueron socialistas han sufrido la misma transformación, como por ejemplo China y Venezuela.

Se gesta una forma viciosa de vivir.

Tómese el mundo previo al siglo XX. Generalmente el consumo era escaso comparado con el consumo en la actualidad, no sólo porque la población mundial era más pequeña y las conexiones entre países eran más lentas, sino porque los productos de la revolución industrial eran hechos para durar y eran relativamente caros, tanto en diseño, materia prima y mano de obra. Se primaba, en la mayoría de los casos, la calidad y durabilidad sobre la cantidad, los servicios por sobre las ventas.

Es decir, antes había una cultura responsable del consumo, desde el punto de vista del capitalismo, había una cultura del «yo consumo lo estrictamente necesario para mi vida, ni más ni menos». Obviamente había pobreza, como siempre ha habido y siempre habrá, ya que la pobreza no es un factor que puedan resolver los gobiernos por sí mismos sino que es algo que surge también de la voluntad del individuo: de ahí que veamos casos de pobres que han triunfado y han subido por el escalafón de la sociedad mientras que ricos han quedado en la más absoluta de la ruinas, bajando por el mencionado escalafón.

La ansia viva.

El consumismo comienza a surgir como una especie de edad dorada de complacencia y derroche a principios del siglo XX siendo uno de sus máximos representantes la producción en serie de Henry Ford.

El problema del consumismo se agudiza en el mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Lo importante de ésto es que ese evento marca un parteaguas entre el mundo previo y el nuevo mundo en el que vivimos.

Aquella guerra tuvo costos exorbitantes, y de hecho fue posterior a una de las más grandes crisis, hasta ese momento, de la economía mundial: la Gran Depresión. Sin embargo la Gran Depresión no tuvo la magnitud que ha tenido la crisis que comenzó en la primer década del presente siglo, debido a que aún la cohesión mundial, dada por nuestros medios de transporte y comunicación actuales, no se daba.

Lo que encontraron algunos pseudogenios sin talento es que probablemente la producción masiva de bienes podría sacar a muchas regiones del mundo, y en particular EUA, del aletargamiento provocado por la primera mitad convulsa del siglo XX.

Ésto implicaba, para hacer rentable la producción masiva, la baja en la calidad y durabilidad de los bienes, lo cuál permitiría disminuir los precios de venta de éstos al público en general y del diferencial de precios no sólo recuperar la inversión sino ganar grandes cantidades de dinero en beneficios.

Por otra parte, las ramas de servicios, con el perfeccionamiento de la producción barata de bienes de baja calidad y durabilidad, se fue haciendo cada vez menos necesaria, ya que los bienes de mala calidad no es posible repararlos con costos acotados menores a los costos de producción, por lo que es inútil tener una rama de servicios y por tanto se ahorra más obteniéndose beneficios superiores.

Hay que decir que parte del tinglado ya estaba, la industria militar no producía equipamiento de alta calidad sino el equipamiento necesario con el menor costo para que éstos estuviesen disponibles lo más pronto posible y en grandes cantidades para enviarlos al frente.

Basura y sólo basura.

Es así como llegamos al mundo de los productos de usar y tirar. Un mundo en el cuál los coches se cambian cada año, en principio porque no duran tanto como los coches de antes y en segundo lugar porque se ha introducido en el subconsciente de la mayoría una necesidad irrefrenable por estar in, aunque in signifique pagar por productos con un mejor diseño externo, pero con una carencia de calidad interna.

Un mundo en el que la moda y el diseño superficial cuentan más que la belleza y durabilidad de lo bien hecho. Un mundo en el que el pseudointelectual, sea de izquierda o derecha, genera ideas y conocimientos basura. Un mundo en el que la libertad se confunde con el libertinaje y la libertad de expresión con la prostitución de la palabra.

Créditos ¿Algo serio o algo trivial?.

Cuando viví en España hace una década, me di cuenta de una fabulosa costumbre de una gran cantidad de mis queridísimos españoles. Sin ningún reparo o vergüenza usaban los créditos de los bancos como si de dulces se tratara, como si el banco regalara el dinero. Y los bancos ofrecían los créditos como si tuvieran urgencia por repartir dinero. Raro para la época, en México, se realizaban llamadas a las casas ofreciendo créditos y otros beneficios. Se ofrecían créditos hipotecarios, créditos para vacaciones… y, por supuesto, créditos para el gobierno español: tanto nivel local como nacional.

El hecho anómalo no es el tener disponibles en los bancos los créditos, ni que las personas, empresas y gobierno tengan a su disposición créditos. El problema es una oferta desmedida de créditos y con los razonamientos mas rocambolescos.

Ahorradores, accionistas y créditos.

Está bien un crédito hipotecario, un crédito para iniciar una pequeña empresa o un crédito para financiar servicios básicos en el sector público, lo que no está bien es ofrecer el crédito como si fuera regalar dinero cuando en realidad el dinero que ofrece el banco proviene de los propios accionistas del banco y de los ahorradores que meten su dinero en el banco para que produzca aunque sea una miseria.

Sí, seguro lo anterior les parece extraño a muchos: el banco no presta dinero que es suyo, sino dinero que le confían de modo que pueda prestar dinero con créditos, de los créditos se tenga una ganancia cuando los clientes paguen el crédito junto con los intereses, y esa ganancia sirva para devolver una cantidad a ahorradores y accionistas. Es decir, el banco es como cualquier otro negocio: los bancos no son un montón de avaros que no tienen que responder a nadie, sino que necesitan un margen de ganancia para que la operación sea exitosa y no sólo consista en guardar el dinero de ahorradores y accionistas o, en el peor de los casos, perder dinero a lo bruto.

Comienza el error en los bancos… pero sigue con la gente común y corriente y los gobiernos.

Y es exactamente esa irresponsabilidad en proporcionar créditos como si de dulces se tratara, además de que a los altos ejecutivos se les daba una serie de privilegios fuera de las posibilidades de los bancos con el dinero de ahorradores y accionistas, que se llega al punto en el que los bancos entran en crisis y necesitan capitalizarse, ya que han sobrepasado la línea de equilibrio entre las pérdidas y las ganancias. Pero, a parte de la irresponsabilidad de las directivas de los bancos ¿quiénes son también culpables?

Por supuesto que los que solicitaron créditos, y es que la gente generalmente firma el contrato para un crédito, o una tarjeta de crédito, pero nunca está consciente de que el banco no le está regalando nada y en muchos casos tampoco se ha enterado de qué ha firmado exactamente.

Si la persona que lo contrató se ve en la desafortunada situación de no poderlo pagar, o simplemente tiene la cara dura para no pagarlo, se defiende diciendo que se negará a pagar porque las condiciones del banco son duras en extremo. El problema aquí es que él (o ella) firmó el papelito sin enterarse de las condiciones, ha sido omiso al no entender que un crédito implica responsabilidad para poder pagarlo (ya que el crédito es una ayuda solamente) y es en extremo egoísta al no intentar pagar ya que el dinero que le dieron no es del banco sino de los ahorradores y accionistas.

A ésto sumémosle las irresponsabilidades de los gobernantes, que también piden créditos sin pensar en el futuro, sólo pensando en programas populistas que al final no permitirán recuperar los recursos con las entradas debidas a los impuestos para poder saldar la deuda, y en todo caso dejan a la administración pública con los pantalones bajados, sin dinero para mantener los programas existentes.

La medicina es amarga pero no hay otra salida.

La conjunción de las tres irresponsabilidades anteriores (de los bancos, de los individuos y del gobierno), con igualdad de influencia, generan un ambiente inestable en los cuales la deuda de todos los sectores se hace impagable ya que todo el sistema queda imposibilitado. El problema de pedir que haya «borrón y cuenta nueva», como algunos colectivos requieren, implicaría cosas aún peores, ya que la situación no son sólo una combinación de numeritos en el servidor de un banco, sino las repercusiones que estos numeritos tienen en todos los sectores de producción, es decir, el problema no es un problema informático, ideológico o filosófico sino un gran problema real de esos que no se resuelve más que haciendo las cosas correctamente.

Pero ¿cómo podemos esperar algo mejor si la gente tiene la mala costumbre de siempre buscar culpables pero cuando buscan el culpable nunca se miran a si mismos en el espejo? Ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el suyo propio. Ya de por sí, la costumbre de buscar culpables es bastante cansina, pero si se le añade lo anterior, poniéndose como las víctimas de los malos banqueros y políticos, es realmente descarada o propia de un tonto. No hay ni más que ver como los españoles odian a Angela Merkel porque establece las políticas económicas de la Europa en crisis. La pregunta que le haría a los españoles es ¿han visto a Alemania?

Alemania, salvadora… pese a quien le pese.

Lo que me gustaría que contestaran o notaran es que Alemania está en crisis, pero no tan profunda como la del resto de Europa y no como un irreflexivo español dijo —-A Alemania le está resultando productiva la crisis.

Y, yo contestaría, eso es porque la ideosincracia del alemán, en la mayoría de los casos, lo pone a pensar en los posibles obstáculos y problemas.

Hay una obsesión entre la mayoría de alemanes por los números, las estadísticas, y la determinación espacio temporal de sus actividades, y el intento continuo por encontrar el orden en el caos. No es por nada que grandes matemáticos han sido de origen alemán. Es decir, no es que los alemanes sean superiores, sino que a base de trabajo han demostrado ser más fuertes.

Por otra parte, los alemanes aprendieron de forma durísima a salir de entre las cenizas que dejó el inepto Hitler (austríaco que no alemán) y convertirse en lo que es hoy: el pilar que mantiene, eso sí con gran esfuerzo y a duras penas, la Unión Europea.

Mientras tanto los españoles, franceses, griegos, portugueses, italianos, etc. se han distinguido por una cierta tendencia a que si se sienten en confianza no piensan en posibles futuros aciagos, que siempre habrá, y pretenden, como en el México de José López Portillo, administrar una abundancia que mañana puede estar pero también puede que no esté más.

Y si a todo lo dicho hasta aquí se le suma la ignorancia y la falta de razonamiento lógico que ha sido retroalimentada por gobiernos y sociedad civil…

Otros factores de la crisis.

Mientras la mayor parte de Europa se sentía en la abundancia y era descuidada con sus gastos, a todos los niveles, en EUA, un gran centro neurálgico del consumismo, se da la explosión de la burbuja inmobiliaria, y se dan los fraudes de los bancos de inversión como Lehman Brothers.

Eso viene a desestabilizar el paraíso de Europa, que hasta ese momento había estado creciendo en poder y riqueza hasta casi superar, aparentemente, a EUA y precipitar la caída que estamos aún presenciando.

Sin embargo, los lobbies y especuladores aún ponen más presión sobre un sistema económico global en crisis, al jugar con los mercados de productos básicos haciendo que comiencen, o se agudicen, problemas de desabasto de materias primas o de una inflación galopante que inhibe la ya reducida actividad económica, tanto al elevar los costos de producción como los precios de venta al público.

Nadando de muertito.

Las medidas que los gobiernos de algunos países tomaron, han mitigado o retrasado la entrada en recesión de ciertos países y la explosión de problemas más graves. Uno de los pocos países que se ha salvado es México.

Gracias a las acciones en lo macroeconómico que realizó el gobierno del expresidente Calderón, hayan sido suficientes o no, en México la crisis se ha sentido pero no al grado en el que en Europa se ha sentido. No es que México se haya vuelto mejor que antes de Calderón en cuanto a macroeconomía, sino que se ha mantenido en los niveles que se venían manejando.

Aún el empleo y la pobreza no han mejorado, pero tampoco empeorado, lo cuál es una ventaja respecto de países como España o Grecia en los que los empleos van a pique. Sin embargo, lo que parecen no entender los mexicanos y los nuevos gobiernos es que no estamos en una situación estable sino en un equilibrio metaestable: cualquier perturbación podría llevar a México a situaciones cercanas a la española o la griega.

Reformas necesarias, cerrazón cotidiana.

Y el problema es que el siguiente paso es hacer lo que hace décadas México debió de haber implantado: reformas que no son populares pero que se mostrarían a la larga como grandes avances. Reformas que, dicho sea de paso, no son tan amargas como las necesarias en Europa: las reformas necesarias en México son como un antibiótico a una gastroenteritis bacteriana así como las reformas en Europa son una cirugía a una apendicitis complicada en una peritonitis.

Tales reformas, si estuviesen bien implementadas, implicarían una menor carga fiscal en unos cuantos contribuyentes cumplidos, una disminución de la corrupción fiscal, la práctica inexistencia de la evasión fiscal por parte de los poderosos y una mayor bolsa de capital disponible para establecer infraestructuras mejores. De eso ya he hablado en otras entradas.

Aún así, nos encontramos con una incapacidad por parte de las fuerzas políticas y sociales por entender cuáles son las virtudes de las reformas, ya que saben claramente que el que las lleve acabo obtendrá capitales políticos. Lo que no saben la mayoría, es que los resultados verdaderamente buenos no serán instantáneos. Pero, de no aprobarlas el resultado a muy corto plazo serán la españolización de México, ya que el problema del exceso de créditos y la cultura del consumismo hace cinco años se ha vuelto una norma en mi país. Burbujas inmobiliaria y crediticia están a punto de estallar.

Y más con un gobierno inepto como el de Enrique Peña Nieto que en menos de seis meses de gobierno ya tiene el país más cerca del borde, lo contrario que en el gobierno anterior, que lo tenía un poquito más lejos del borde. Un gobierno que inventa explosiones de gas, un gobierno que hace «pactos por México» pero no respeta a las partes que acordaron el pacto y aún así quiere que se cumpla el mentado pacto. Un gobierno que a cada momento culpa, pero no se hace responsable de intentar solucionar los problemas que dejó el anterior. Un gobierno, que en la 76º Convención Bancaria, en Acapulco, dijo que —- El reto es prestar mas —- y promete crédito barato… ¿máxima estupidez o no?

Conclusiones.

La enfermedad europea es en realidad una enfermedad global, una enfermedad que aprovecha la conectividad del mundo para propagarse y que primero roe a los países más aventajados pero sin planes de contingencia. Es una enfermedad que convierte al ciudadano de a pie en víctima y victimario, que le roe la poca, o mucha, racionalidad que tuviese y lo deja en estado de carne de cañon de otros.

Esa enfermedad además domina el cerebro de la mayoría, cuál Cordyceps unilaterialis a una hormiga, para propiciar su diseminación, inhibiendo aún más a que las medidas necesarias pero dolorosas para solucionar el problema se den: tanto porque los ciudadanos las rechazan a ultranza como porque los gobernantes se la piensan, por el costo político, antes de aplicar las medidas.

Cuidado, que si las medidas no se aplican, sean los antibióticos en México o las cirugías en Europa, el pronóstico no es muy bueno para nadie en este planeta.