Languidece mi voluntad entre el calor.
Las ideas se vierten sobre el tazón.
Quisiera escribir y pensar a la sazón,
mas está el cruel desenfreno de la razón.
Torrentes de ideas vienen y se van,
que antes no llegaban y ahora ya no están.
En encierro los deseos, los pensamientos desbocados correrán.
Cautiverio que revela las cadenas que consumen y permanecerán.
O tal vez el άπόκαλυψις rasgará el velo final.
Y tal vez, sólo tal vez, caiga el yugo banal.
La carroña de los políticos suspendida estará.
Muerta una era, la nueva comenzará sin pena.
Muy bueno